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     Memorias de lawen

La memoria de las plantas es un secreto que se ha narrado por generaciones, transmitido para sanar, consolar y aliviar la tempestad de las dolencias más crueles de la historia, aquellas que se insertan en la piel y otras que se esparcen hasta el alma. En los brotes verdes de antiguos bosques, donde sobreviven los Ngen -rocas y humedales, luces y fuegos, sueños y apariciones-, el viento se tambalea entre lianas y hojas, manifestando en su forma el consuelo de los enfermos, el descanso de la pena y el abrazo de la calma. Memorias de lawen, surge como un encuentro evocativo hacía las historias de tres mujeres de Gulümapu, quienes, a partir de sus experiencias de vida, nos abren las ventanas al mundo de la medicina ancestral Mapuche, para narrarnos las vivencias de sus ancestras, de quienes aprendieron a como relacionarse con la naturaleza. Hoy, estos relatos son ilustrados y compartidos en diversos territorios con el propósito de aprender de las conocedoras del lawen, trasladando la memoria a la imagen y la imagen a la educación de niños, niñas y jóvenes del territorio, con el propósito de sembrar una nueva raíz, donde el lawen continúe creciendo y no se extinga jamás.

 

Guagua


Eso fue en un pitxanto. Pitxanto le decimos a los humedales grandes, donde hay toda clase de plantas. Hay canelo, hay temu, hay tantas cosas ahí. Entonces, fue un hombre que cortó un canelo, por eso los canelos son sagrados, los canelos se tienen que secar solos, porque el canelo cuando se seca, vuelve a brotar uno nuevo al lado; es su ciclo. Entonces el hombre, cortó un canelo, un palo grande y lo partió y cuando lo abrió había como un nidito ahí, como con lanita, una cosa así había al
medio del canelo y el hombre lo cortó no más. Y después que lo cortó, lo rompió. Después sintió un llanto, un llanto así como de una madre llorando por un hijo y eso fue algo muy grande que hizo, porque ahí, había un Ngen y eso que estaba como lanita ahí, eran las guagüitas del Ngen y sintió el llanto, y ese hombre se murió al final «porque hizo un daño muy grande».


Zoila Huitraiqueo

Difteria

Cuando yo era chica y estaba en el colegio, llegó esa enfermedad de la difteria, que mató a muchas personas, más parece que a niños chicos (…)
Atacaba la garganta, y se inflamaba tanto que los niños se morían, y yo llegué con eso, y daban una pastilla y la pastilla no hacía nada y la mami me metió el dedo en la garganta con lawen (…) y me hizo ese remedio, me metió el dedo en la boca, me hizo lolon y me mejoré, pero murieron muchos niños con eso.


Carmen Calvio

Romero


Siento que cuando necesito recuperar mis energías -está el romero-. A medida que pasan los años, empiezas a visualizar mejor todavía, no sé si será porque uno tiene más conocimiento, o sabe que lo más importante es generar armonía con las plantas, un equilibrio, no un aprovechamiento de las plantas, eso no puede ser, porque la naturaleza también te castiga. Entonces existe esa conexión de que, si yo necesito recuperar mis energías, sentirme mejor; que me valla bien hoy día, yo voy a mi Romerito. Y me gusta que vengan, que lleguen personas y sientan eso.


Maria Cayuman

Lawen


Cuando uno empieza a conocer las plantas, las yerbas medicinales, empieza a conocer lo que ellas generan, lo que nos dan a nosotros en cuanto a remedio (…) el conocerlas nos da una paz interior, porque sabemos que es un remedio que nos va a mejorar en algún momento. Nos puede servir a uno, o a la mamá, la abuelita, a quien esté más cercano, porque también hay que pensar en que todas estas plantitas en algún momento, las industrias las han fabricado como remedio, las han transformado y a lo mejor son la base de todos esos remedios que circulan en la farmacia, pero adicionada con otros elementos, que no forman parte de la naturaleza. Entonces, las plantitas y las yerbas medicinales en cambio no. Vienen de la tierra, de un suelo fértil, que tiene muchos nutrientes, que tiene mucha vida, y la plantita se desarrolla y nos genera y nos ofrece eso. Pero cuando nosotros hacemos uso de esa plantita, tenemos que cuidar de siempre utilizar lo que vamos a necesitar, nunca más allá, porque esa plantita tiene que seguir existiendo, porque van a venir otras personas que van a necesitar de ella y ella misma necesita sobrevivir porque ese es su papel dentro del equilibrio de la naturaleza; tener vida para quienes necesitan de ella y tal vez ella, necesita de uno, para cuidarla.


Maria Cayuman

Machitun


Mi mamá cuando era joven, como no tenía hermanos hombres, ella hacía todo, entonces dijo que fue a hacer un pozo, para sacarle agua a sus animales, en un bosque grande, donde había unos tremendos troncos de maqui, y ella hizo como una lagunita para que tomen agua sus animales, y cavó con el azadón y estuvo sacando barro y no pidió permiso. Entró a una parte donde no tenía que entrar y después, esa misma noche, mi mamá se estaba muriendo, se afiebró, estaba muy mal y la llevaron al machi y claro, le dijeron que ella había ido a escarban, donde no debía y pasó a llevar al Ngen de ese lugar. Entonces, ahí le tuvo que hacer remedio el machi, fueron a rogarle ahí al bosque y a pedir perdón. Y así ella aprendió y de ahí en adelante donde entrara mi mami pedía permiso primero.


Zoila Huitraiqueo

Ñimituan Lawen


Cuando salíamos, yo era muy preguntona, porque mi mamá siempre tenía un canastito lleno de pasto y de cosas, porque en el verano ella siempre guardaba hojas, guardaba cáscaras, para tener para el año, para no andar en inverno quebrando una rama. Entonces, yo le preguntaba mucho. Ella sacaba el lawen en el tiempo en que no había brotes, después que pasaba el brote, después que la planta estuviera madura, porque decía que en el brote no era bueno. Después del brote o antes; esa era la manera de sacar los lawenes.


Carmen Calvio

Yeyipün

 

Siempre había que pedir permiso, a las plantas, al Ngen, a Dios o Ngenechen porque es el Ngen de todo. Entonces siempre había que pedir permiso, si ella daba un remedio a alguien que se lo tomara, tenía que pedirla bendición primero. Igual cuando se iba de matrona, ella hablaba en mapuche decía señor que me valla bien, que este niño que viene nazca bien. Ahora ya no quedan casi árboles nativos, es muy escaso, hay muy poco, uno ve eucalipto y ve pino. Debajo del pino y eucalipto no sale lawen. El pino mata todo (…) tiene mucha acidez, y ahoga a las plantas. Escuché que el machi no encuentra lawen y es verdad (…) ni los pajaritos pueden anidar.


Carmen Calvio


Siempre cuando uno entra a un bosque, el bosque no está solo, tiene un Ngen. Entonces por eso, hay que sacar permiso, he escuchado, me lo han dicho, me lo dijo mi madre y por eso yo le tengo mucho respeto al bosque. Aunque sea un pequeño bosque, un pequeño espacio de quila o de colihue, hay que pedir permiso porque ahí hay algo. Entonces eso mi mamá siempre me lo decía, porque a ella le pasó cuando joven, ella pasó por situaciones donde no pedía permiso de repente y ha pasado cosas malas, ha estado bien enferma, y desde ahí para allá que fue aprendiendo y teniendo más sabiduría. Donde hay lawen siempre hay Ngen, por eso siempre hay que sacar permiso, no hay que llegar y entrar.


Zoila Huitraiqueo

Puñeñelchefe

 

Mi abuelo era matrón (puñeñelchefe) el atendía a su esposa, entonces él le enseñó a mi mamá todas las cosas. Mi mamá fue matrona, matrona sin estudios, sin nada, sin esos estudios que ahora hay. A mi mamá siempre la venían a buscar por ahí, por todas partes, a la hora que fuera; lloviendo, como fuera, ella salía y no había zapatos en ese tiempo, salía descalcita y se encomendaba a Dios, a Ngenechen y salía. Me emociona un poco esto… Y volvía contenta, porque nació un varón o nació una niña. Y ella tenía esos conocimientos de los lawenes, para suavizar el parto y tenía remedio igual para después del parto, para ayudar a las mujeres.


Carmen Calvio

Clavel del campo

 

Por allá hablaban mucho de un remedio que existía, que supongo que todavía existe; clavel del campo se llamaba, es una enredadera y tiene la flor como un clavel y eso yo lo conocí, pero con esto de que han hecho caminos (…) salió con la máquina, y en varias partes había, pero es escaso, no es una planta que la encuentras en cualquier parte. Mi mamá decía que ese lawen era para el dolor de espalda, era muy buen remedio; era muy buscado.


Carmen Calvio

Ñuke

 

Mi mamá era una mujer muy trabajadora, ella trabajaba siempre en la huerta, hacía arta huerta, vendía verduras, tenía artos conocimientos de su crianza (…) tenía mucha sabiduría la viejita, entonces uno fue aprendiendo con su mamá. Ella me contaba que cuando era más joven, salía a ayudar a buscar remedio a las machi allá en Truf Truf, allá tenía una machi conocida
y siempre le iva a ayudar. Subían al Konun Wenu a rescatar remedios. Mi mamá primero buscaba los remedios que ella sabía; para la fiebre, dolor de guata, los huesos y ya cuando no se sanaba las personas, o necesitaba de algo más especial, íbamos a la machi siempre y así se sanaba la gente. Me decía este es remedio, esto no hay que cortarlo, este es remedio bueno, para el estómago, para la espalda, este remedio no hay que sacarlo
(…) hacía chacra, y salían los remedios y me decía, este es remedio mami, es bueno para esto, para esto otro, y así uno fue aprendiendo de la mamá.

Zoila Huitraiqueo

Chumpal

 

Las Chumpal según mi mamá eran dueños del agua, de las vertientes, en cada lugar donde hay un agua que nunca se seca hay algo; hay Ngen. Entonces, donde vivía mi mamá allá en Katrimalal por los dos lados hay agua, no se seca nunca, entonces ella fue a buscar agua al pozo más cercano, y siempre en el pozo ponen una tablita para pararse y sacar agua con los baldes, y cuando estaba por llegar al pozo, ella miró y en esa tablita había una mujer, la vio de espaldas, peinando su pelo, un lindo pelo
largo dijo, con un peine que brillaba, y después volvió a mirar y sonó el agua y desapareció. Era la chumpal le dijeron, la dueña de esa vertiente.

 

Zoila Huitraiqueo

Fenfenko

 

Empecé a recordar que hacían mis tías, mis abuelitas, ellas recolectaban las plantas, iban a la orilla del estero a buscar cualquier remedio, los lawen para esto, para esto otro, que esto servía para tal cosa y ahí yo dije, esto me gusta y fue tan increíble, que desde ese momento, nunca me faltó nada. (…) y eso hizo que con el tiempo yo me volcara a lo que es mi territorio. El lawen para mi se incorporó tanto, que lo poco que yo sabía de cultivo,
lo empecé a manejar aquí en el campo (…) la riqueza que tiene, es que el campo lo limita un estero, el estero Cancura y la desventaja es que tenemos el camino público al lado, y la contaminación del polvo es enemigo del lawen, porque mientras más lejano está el lawen, más escondidito, más cerca del agua o la montaña, tiene más poder. Siempre el estero generó nativo, puras plantas nativas, (…) boldo, maqui romero y lo que yo introduje fue la lavanda, también hay tusilago. Pensar que todo el lawen que tenemos, nos podría estar sanando y nosotros no tenemos idea de todo lo que nos ofrece la naturaleza.


Maria Cayuman

Kuyiñ

 

Cuando la vaca tenía mucha tos, porque siempre se resfrían los animales, se tullen en el invierno porque están muy flacos, no hay pasto y se meten en los pantanos buscando alimento y después hay que sacarlos arrastrando y cuando se tullen mucho no tienen vuelta. Pero de repente se enferman de tos, en el invierno, con el frío, se ponen moquillentos y le dan agüita de pewmo y con unas botellas, le hacíamos unas ollas de agua y le dábamos. Después hay otro remedio que es bueno para la guata, para los animales; me lo dijeron, es un lawen que sale en la vega como un conquillo, parecido, pero más grueso y ese es bueno para el dolor de guata de los animales. Y hay otro remedio que se estruja en la mano y sale como un liquido espeso latigudo, y se les da a los animales, cuando se atoran con manzana, o cuando se atoran con cualquier otra cosa. Y así hay muchos remedios más para los animalitos.


Zoila Huitraiqueo


Zugün

 

Los niños tienes que escuchar, aprender, y valorizar los lawen. Los papás que principalmente están criando niños, que miren para atrás, que miren a sus ancestros, como usaban los lawenes, los árboles nativos, que nos los corten. (…) Mirar atrás no significa que vamos a volver a lo de antes, pero significa que hay muchas cosas ahí que podemos seguir usando y seguir trabajando de alguna manera, sea medicina o sea para otra cosa.


Carmen Calvio


Huerta

 

Me acuerdo de la huerta de mis abuelitas, era increíble, era una huerta verde, todo lo regaban, con el agua del pozo o el agua del estero. Y todo eso servía no solo para la cocina familiar, si no que también vendían en Imperial y cuando regresaban lo traían convertido en yerba mate, azúcar, sal y todo eso, después yo comencé a recordar y empecé a conversarle a mis hijos, a mis sobrinos, empezamos a hacer nutram familiar, porque ya esto paso a ser un tema de conversación entre todos, del como nosotros tenemos que mantener, recuperar, conservar y usar. Es una conversación con las plantas, de entrar a saludarlas, es eso, si el día está bonito decirle que linda estás, te voy a amononar, a poner agüita, a sacarte las hojitas feas, te voy a colocar otra plantita al lado, entonces, yo creo que ese cariño que uno le da a las plantas, se refleja en ellas.


Maria Cayuman


Proyecto financiado por el
Fondo Regional de Desarrollo
Cultural y las Artes (Fondart) 2022.

 

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